Si la digitalización de tu concesionario era una tarea necesaria, ahora en la nueva normalidad es urgente, y estas tres preguntas te ayudarán a adaptarte.
No cabe duda de que la pandemia del COVID-19 y el confinamiento ha trastocado la vida de todos: los adultos que trabajan desde casa, los niños que aprenden a través de pantallas, las personas mayores que han aprendido rápidamente a usar la tecnología para mantenerse conectados con su familia.
Es lógico que, así como la vida cotidiana se ha transformado, también los hábitos estén cambiando para adaptarse a la nueva normalidad.
Y no nos referimos a la que tiene que ver con los hábitos sanitarios (el distanciamiento y el uso de tapabocas, principalmente), sino a la nueva normalidad en el consumo.
A tu concesionario automotriz no debería sorprenderle. Desde hace un tiempo venía viendo un rápido cambio en los hábitos de compra de las personas interesadas en un vehículo.
Los potenciales compradores de auto ya escaseaban en las salas de exhibición de las agencias. Estos consumidores ya dedicaban más horas a investigar en internet y preferían comunicarse con el concesionario de su elección por canales digitales que acudir personalmente al mismo y encontrarse con un vendedor en el piso de venta.
Una vez instalada la pandemia y con las nuevas restricciones de movilidad, esta tendencia no hará más que crecer, y el proceso de venta seguramente culminará también en internet, con una transacción bancaria y la entrega del vehículo a domicilio.
Estos tres interrogantes te ayudarán a guiar tu estrategia para atraer prospectos y recuperar ventas en el futuro cercano:
1. ¿Cómo acelerar la adopción de la transformación digital en tu concesionario para responder a nuevos patrones de consumo?
Seguramente ya habías comenzado a implementar los nuevos sistemas tecnológicos en tu estrategia de marketing automotriz. Tu presencia en buscadores como Google ahora importa más que nunca. Cuida tu contenido, optimízalo, aprende a conseguir que tu sitio destaque entre otras búsquedas de los usuarios.
Además, ahora debes asegúrate de que tu sitio web incluya todas las herramientas necesarias para que el cliente pueda concluir su compra en línea: las calculadoras de precio final con accesorios, de costos de seguro y de opciones de financiamiento son indispensables. Incluso una función que permita al comprador cargar sus documentos para tramitar un crédito y enlazar su cuenta bancaria para hacer pagos.
2. ¿Cómo responder a la nueva costumbre de los consumidores de pedir y pagar en línea y recibir en su domicilio rápido y de manera confiable?
Este servicio, que inicialmente en algunos concesionarios automotrices se adoptó para recoger y entregar autos que necesitaban servicio de mantenimiento o reparación, ahora debe extenderse a los vehículos nuevos o seminuevos al concretarse una venta.
Agendar citas con el potencial comprador, no solo para recibir un vehículo ya adquirido, sino para que revisen un auto o hagan una prueba de manejo, será un servicio bienvenido por los prospectos en la era post pandemia.
3. ¿Cómo puedes intensificar el elemento virtual de tu concesionario?
La tecnología permite muchas cosas que hace muy poco tiempo eran inimaginables. Desde la realidad virtual, que puede servirte para ofrecer a los potenciales compradores un recorrido por tu sala de exhibición como para hacerle la presentación de un auto en particular, hasta los simuladores que podrían permitirle experimentar un vehículo siniestra realmente en él.
Analiza las innovaciones y ve cómo puedes utilizarlas para mejorar la experiencia del cliente y brindar un servicio mejor que el de tu competencia.
Todo esto, por supuesto, no debe significar pasar por alto las medidas sanitarias de prevención básicas, como el hecho de que tus empleados usen cubrebocas en cualquier momento en que interactúen personalmente con el cliente, o que desinfectes un auto en presencia de un potencial comprador para darle más confianza a acercarse o subirse en él.
La nueva normalidad toma diferentes facetas, y una de ellas es la que aplica a la industria automotriz. Adaptarse (y esto significa más bien “adelantarse” en un sector tan competitivo) o morir. ¿Qué eliges?
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